Parada de colectivo, día de calor, de mucho calor. Señora con su hija y con su madre en el comienzo de la ancianidad. Esperan el colectivo charlando, sobre el color de uñas con el que la niña, que no tiene mas de 10 años, no se pinto las uñas. Las miro, me miran, desvío la vista. La niña le cuenta a su madre una aventura de primos, la madre como toda respuesta la increpa preguntándole “Y tu padre dónde estaba” no escuché que contestó la niña, viene el colectivo. Sube la niña, la abuela, la madre, y yo. La madre, de la niña, era la encargada de sacar boleto. No tenía tarjeta SUBE, empezó a poner monedas… Yo ya había sacado mi boleto con mi tarjeta, pero, quede varada en el medio de las dos maquinas, porque a la señora se le trabo la moneda. Como venganza, y a pesar de que le pedí permiso, no me dejo pasar … Por fin saco sus boletos y avanzamos, ya con otras dos personas mas que habían subido en la parada siguiente a la nuestra. Cuando llegó a sentarse, su madre, o sea la abuela, le pregunto, con curiosidad, no tenes tarjeta? Con la misma vehemencia con que había increpado a su niña, le contesto a la anciana: “Qué? Mira si voy a sacar la tarjeta esa para complacer a la yegua de mierda esa” y agregó, “ni loca hago la cola esa de mierda para tener la tarjeta de mierda esa…” “Epaaaa, se me escapó a mi, que agresivas nos pone el calor” Me miraron, las mire, esta vez no desvié la vista, la desviaron ellas. La anciana y la niña, con vergüenza, la madre, con bronca. Llegaron a su destino, escuche, otra vez sin querer, que la anciana le decía, mira allá entregan las tarjetas… por qué no vamos, y se alejaron para ese lado.
(Moraleja… Si salís una tarde de calor, de mucho calor, sin tarjeta sube con tu madre y tu hija, puede que la vida entera se te convierta en “la mierda esa”)
Alicia
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