Marcaste nuestro rumbo.
Emocionaste nuestras almas.
Nos sentimos queridos, protegidos y ayudados.
Interpretaste nuestras ansias.
Canalizaste nuestro amor.
Porque nos devolviste la dignidad, las ganas y la confianza.
Y sobre todo porque a pesar de tu ausencia física no nos
dejaste solos.
Néstor te fuiste, pero estás, te vemos en cada una de las
flores que florecieron, en cada par de ojos que se abrieron cuando cerraste los tuyos.
Te extrañamos, mucho, pero seguimos adelante, sí adelante,
como vos nos enseñaste.
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