Cuenta la historia familiar, que allá por el año mil novecientos cuarenta y algo, un joven muchacho llegaba de Tres Arroyos, provincia de Buenos Aires, a conquistar la gran ciudad.
Aquí en los suburbios de la ciudad una joven muchacha soñaba sueños de amor eterno, mientras repartía su vida entre la fábrica y la costumbre de participar en la iglesia, esperando tal vez en el camino encontrar a su Príncipe azul.
En aquellos años tanto las fabricas como las iglesias eran lugares de militancia. Eran lugares donde se abrían los debates de cómo debería ser la sociedad, si la historia no hubiese sido tan cruel hubieran sido los lugares desde donde se hubiera forjado un nuevo país.
Los jóvenes tenían seguramente otras inquietudes o no, pero, en realidad hoy no me ocupa la historia. Hoy nos ocupa el amor.
Decía, aquel joven con ansias de conquistar la gran ciudad, y la señorita en busca de su destino, una tarde se encontraron.
El, el morocho más lindo que ella había visto en su vida, con su estampa de hombre de trabajo erguido en su postura tanto física como de pensamientos.
Ella una joven de profundos ojos oscuros, con su pelo y sus uñas siempre arregladas y con los detalles que la moda del momento exigía. Se vieron, se gustaron, se conocieron, se avanzaron el uno al otro y nació el amor.
Durante los tres años siguientes fueron novios, y planearon el futuro. Hasta que llegó la boda y junto a ella el futuro. Y como siempre pasa en la vida real, lo planeado solo quedo en planes, pero los sueños no murieron. Y vinieron años difíciles, muy difíciles, más difíciles, pero como se dice, el amor siempre triunfa. Vinieron los problemas, los hijos, algunas soluciones, más hijos, más problemas, nuevas soluciones y ellos siempre juntos.
Y sí, supongo que en 62 años de vida en conjunto, ambos habrán tenido muchas ganas de abandonarlo todo, de dejarse tentar por otra vida Sin embargo y a fuerza de amor siguieron juntos.
Por eso hoy este pequeño homenaje a Juan y a Elida, aquellos jóvenes que se comprometieron para toda la vida, y entendieron que toda la vida incluía pasar juntos todos los momentos que la vida les otorgara. Lindos, feos, más lindos, más feos, con amor, con paciencia, con esperanza, ese es el secreto
Así que mamá y papá y desde aquí les deseo que tengan un muy feliz día de aniversario!!!
Decir que llevan 62 años de casados es mucho más contundente que cualquier otra cosa que podamos decir.
Los amo con todo mi corazón!
Alicia, el sábado 20 de Noviembre, desde algún lugar del planeta tierra.

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